Nuestra historia
Comencé mi vida de emprendedora en el arte del pincel en mi pequeño taller casero, rodeada de lienzos y pinceles heredados de mi abuela. Con el tiempo, mi pasión por los colores y las texturas me llevó a abrir "fundación arte del cielo", un estudio donde no solo creaba mis propias obras, sino que también impartía talleres a niños y adultos. Al principio, enfrenté muchos desafíos, desde aprender sobre marketing hasta gestionar un negocio, pero mi amor por el arte y el apoyo de mi comunidad me dieron la fuerza para seguir adelante. Poco a poco, mi estudio se convirtió en un lugar de encuentro para artistas locales y amantes del arte, y así, mi sueño de vivir del arte se hizo realidad.